Nuevas películas del cine Argentino

Por Leandro Arteaga

EL COSO
Argentina, 2022
Guion, montaje y dirección: Néstor Frenkel.

A Federico Manuel Peralta Ramos (1939-1992), de alguna manera, todos lo conocemos. Alguna de sus acciones y ocurrencias, de virtudes plásticas y mucha performance, tienen que haber llegado a la vista u oídos de cualquiera. Inclasificable, humorístico, profundo y accesible, son todas palabras que podrían aplicársele para sin embargo continuar inasible. Por ese camino se interna El Coso, el documental de Néstor Frenkel, y el desafío lo hace salir (una vez más) airoso. Lo dicho es en virtud de las temáticas por donde transcurre la obra de Frenkel, dedicada a indagar en los circuitos de premios alternativos (Los Ganadores), actores que trabajan de Papá Noel (Todo el Año es Navidad), la vida y obra del mago René Lavand (El gran simulador); entre otras películas que dicen sobre un recorrido peculiar y autoral. Cada película de Frenkel es una pieza más al entramado de un universo propio y expansivo, en donde hacer convivir obsesiones seguramente propias con otras tal vez similares y presentes en aquellos a quienes retrata.

En El Coso hay una delineación que es inevitablemente insuficiente respecto del protagonista. Es tanto lo que ramifica Peralta Ramos y su imaginería dadaísta, que la película rehúye de una pretensión totalizadora. Y lo bien que hace. En su lugar, recurre a material de archivo, testimonios de amigos, artistas y familiares, a través de la reconstrucción de anécdotas (son muchas, son magníficas) y de paisajes urbanos, como el tránsito obligado entre los bares contiguos, la galería que los acunaba, y los encuentros fortuitos entre quienes iban/venían del Di Tella o La Cueva.

Es todo un mundo el que aparece en la película de Frenkel, que parece casi al alcance de la mano o la memoria, a través de las palabras de quienes habitaron esos años, a partir de los ’60. Tiene un cariz, por eso, melancólico, que se manifiesta en risas y miradas que brillan ante el recuerdo. De esta manera, Federico Manuel Peralta Ramos asoma como un arlequín que hizo luz allí donde habló, miró, pensó, escribió. El corolario lo ofrece el gran huevo con el que gana en el Di Tella, al que debe destruir porque se desmoronaba. Toda una síntesis, tan potente de suyo propio, que hace difícil encontrar un ejemplo mejor para decir quién fue este hombre, único e irrepetible como todos, pero él aún más.

UNA ESCUELA EN CERRO HUESO
Argentina, 2021
Dirección: Betania Cappato.

Una Escuela en Cerro Hueso, de la santafesina Betania Cappato, tuvo estreno en Rosario en el marco de las jornadas Despliegue: Diálogos audiovisuales con perspectiva de género desde Santa Fe, organizadas por la Comisión de Género de Cepiar (Cámara de Empresas Productoras de la Industria Audiovisual Rosario). La película de Cappato, con premios internacionales (galardonada en la Berlinale), surge de vivencias personales de la directora, relacionadas con su hermano autista y la negativa del sistema educativo a incorporarlo. Cappato recrea la situación en su escenario real: la localidad de Cerro Hueso, cuya escuela fue la única en aceptar a su hermano y en el marco de una ficción que provoca un extrañamiento feliz, en donde actores y lugareños comparten la experiencia de hacer esta película.

Hay situaciones realmente extraordinarias, merced a lo complejo de articular actuaciones que resulten creíbles. De esta manera, las tareas actorales son fundamentales, así lo demuestran Mara Bestelli y Pablo Seijo, madre y padre de Ema (interpretada de manera sorprendente por Clementina Folmer). Además, así como el film narra las vicisitudes que llevan a la familia a recalar en esta pequeña comunidad santafesina (luego de haber sido rechazados por numerosos establecimientos), imbrica también otras cuestiones, como la investigación de la madre respecto de los peces muertos que arroja el Paraná y la huerta comunitaria que el padre promueve entre vecinos.

La película cuenta también con la tarea de Iván Fund (en guion y fotografía); así como Cappato hizo lo propio en otros proyectos dirigidos por él. Una colaboración creativa cuya sensibilidad la pareja lleva en el cine que practican al interior de la provincia santafesina, rica en historias y a la espera de que el cine las cuente. Está bueno recordar que en el Laboratorio Audiovisual de Documental de Creación, una propuesta de Señal Santa Fe que ya no existe (como tampoco existe más Señal Santa Fe, o tal vez sí pero de manera ornamental; así las cosas en esta provincia y sus virajes de signo político), Cappato pudo desarrollar Frankie, un documental dedicado al Observatorio Astronómico de Santa Fe.

NATALIA NATALIA
Argentina, 2022
Dirección y guion: Juan Bautista Stagnaro.

Hace un tiempo considerable que la pantalla grande no tenía noticias de Juan Bautista Stagnaro, hasta el estreno reciente de Natalia Natalia. A partir de un guion propio y en la tradición del cine noir, el director de Casas de fuego y El amateur traza un periplo de suspenso e información sesgada, a partir de la muerte de un policía y las pesquisas que inicia quien fuera su pareja: hay algo tal vez más podrido de lo que parece tras la despedida institucional del agente. Basta ver la película para sentir que el director está a sus anchas y el disfrute es pleno.

Desde esta premisa, Stagnaro sigue el derrotero de su protagonista excluyente, Silvia (Sofía Gala Castiglione), quien no puede evitar las sombras que su ex le provoca. Que se trate de una pareja que ya estaba rota, dice mucho. Y que el cadáver todavía arroje dudas es suficiente para adentrarse en un laberinto emocional, en donde todo tiene su doblez y las imágenes pueden ser oníricas. El clima de pesadilla es propio del cine negro, y Stagnaro lo juega con premeditación, organizando el relato como un entramado eficaz. En esta tarea, el papel de Diego Velázquez es formidable, amén de su caracterización –rostro pétreo y esculpido para la pantalla– como un Rodolfo Ranni joven, si se permite esta expresión.

Fiel a la tradición del género abordado, Natalia Natalia pondrá a su personaje en un periplo inevitable, porque lo que guía es el destino y éste, de acuerdo con las premisas del cine negro, puede ser fatídico.

AMANDO (EL GENIO DE LOS ACUARIO)
Argentina, 2022
Dirección: Fernanda Otero y Juan Pablo Menchón.

Entre las novedades de la reciente 28ª edición del Festival de Cine Latinoamericano, que organiza el Centro Audiovisual Rosario, figuró la categoría Largometraje Santafesino. El premio fue para Amando (El genio de los Acuario), realizado por la dupla que conforman Fernanda Otero y Juan Pablo Menchón. El documental está dedicado a Amando Otero, quien resulta ser el último maquinista de trenes a vapor, también abuelo de la directora. Pero Amando es, casi, un ensayo, en donde ramificaciones imprevistas redirigen la propuesta hacia otros rumbos, en un camino que no evita las fibras íntimas y celebra a su protagonista.

En el retrato de la película asoman varias cuestiones: la historia ferroviaria del país, la nacionalización con el peronismo, la aparición de la Escuela Carlos Gallini (donde Amando se formó y fue instructor), la debacle durante los ’90, la militancia de Amando y compañeros (ocuparon la Escuela Gallini para mantenerla en pie hasta el día de hoy). Todo ello es sustancial. Pero la película comienza, lentamente, a redirigir su atención. Con el detalle en lo íntimo, lo que surgirá es un contexto todavía mayor; en este sentido, lo que tiene que ver con la historia familiar, los afectos, o la curiosidad ante la cámara (cuyo funcionamiento Amando aprende rápido y pone en práctica).

De este modo, la película crece aún más, y permite una relación más cercana al espectador, en donde de ninguna manera se borran las huellas de los episodios históricos referidos, sino que éstos cobran una dimensión cercana, a partir de la vida de un hombre decidido a persistir en su deseo, fuerte e inclaudicable como sus amadas máquinas ferroviarias.
 

EXTRANJERO
Argentina, 2022
Dirección y guion: Alfonso Gastiaburo.

Tras sus proyecciones en El Cairo Cine Público y otras localidades del país, Cine.ar recupera la posibilidad de ver Extranjero, el documental que produce Cinespuma y dirige el rosarino Alfonso Gastiaburo. El director de la serie La Redonda y el cortometraje 40 Tableros (ganador de varios premios internacionales) logra en Extranjero una película tal vez inesperada. Así lo explica la sinopsis: “la historia de un kurdo y una argentina atravesados por las utopías, la soledad y la muerte, mientras se debaten sobre viajar a los territorios liberados de Rojava”.

Ahora bien, es la misma película la que explica de a poco su idea primera y derrotero posterior, asumiendo una deriva que la vuelve impredecible. El resultado es íntimo. Y sobresaliente. En un primer paso, la película persigue la historia de Che Cetin, kurdo exiliado en Argentina desde hace muchos años, hijo de un guerrillero muerto en los ’90. Otro foco de interés lo ofrece la revolución de Rojava, en Siria, cuyo Confederalismo democrático apasiona a Gastiaburo y le hace pensar en un posible viaje con Cetin como guía. Pero las cosas no salen como se preveían, la pandemia agudiza los problemas y el proyecto se reorienta.

Allí es donde aparece Nathalia Benavídes, militante peronista fascinada con la revolución de Rojava. ¿Qué puntos de contacto hay y por qué entre Cetin y Benavides? Gastiaburo espera que la cámara ofrezca alguna consideración y lo increíble es que sucede. Para eso, la paciencia de dejarse llevar por la intuición y encontrar la afinidad suficiente como para que los protagonistas se abran y digan de formas casi espejadas: uno mirándose en el otro y viceversa.

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