Por Leandro Artega
RJW
Argentina, 2022
Dirección y guion: Fermín Rivera.
Disponible en Cine.ar Play
El documental de Fermín Rivera revisita los primeros años en la vida de Rodolfo Walsh, a partir de un consumado ejercicio de archivo y testimonios. De manera notable, la información de las imágenes se complementa de forma diversa con los aportes de la banda sonora; así surgen, desde un retrato oral polifónico —con testimonios de Patricia Walsh, Juan José Delaney, Silvia Adoue, Roberto Baschetti, Juan Forn y Jorge Lafforgue—, episodios como la niñez de Walsh, su (traumático) paso por un internado irlandés, la pobreza de su familia, la relación con su padre; luego vendrán el vínculo con la novela policial y el descubrimiento de una voz literaria propia. Después y consustancial, el surgimiento del peronismo, junto a las contradicciones internas de un lúcido hombre de letras; allí y por eso, el golpe del ’55 y un texto celebratorio del propio Walsh dedicado a los aviadores. Seguramente, éste sea el abordaje menos frecuente de su vida. Si de un momento bisagra se trata, allí está la frase oída sobre un “fusilado que vive”, que despertará las pesquisas que alumbraron a una de las obras capitales de la literatura y la investigación periodística argentinas. Hasta ese umbral definitorio, justamente, llega RJW. Lo que surge, durante sus precisos 70 minutos, es un periplo inmenso, extraordinario, en la vida del ejemplar escritor y periodista, asesinado por la última dictadura.
CAMILA SALDRÁ ESTA NOCHE
Argentina, 2022
Dirección: Inés María Barrionuevo.
Guion: Andrés Aloi, Inés María Barrionuevo.
Con: Nina Dziembrowski, Adriana Ferrer, Guillermo Pfening, Carolina Rojas.
Disponible en Cine.ar Play
Ya en su inicio, Camila saldrá esta noche sabe cómo retratar a su protagonista: adolescente y díscola, de pañuelo verde, Camila recorre el Museo de La Plata y se detiene ante la historia de Damiana Kryygi, la niña de la etnia aché que sobrevivió a la masacre de su familia. La relación espejada alerta sobre el porvenir del relato, a la manera de un prólogo breve cuyo devenir tendrá escenario en Buenos Aires. Allí, Camila, hermana y madre, vivirán en la casa de la abuela, cuya enfermedad obliga a la mudanza. De igual manera, Camila deberá conocer el escenario diferente de un nuevo colegio, ahora privado y religioso, en donde su carácter intempestivo tendrá que chocar. Éste es el lugar desde el cual la puesta en escena se perfila, a partir de la mirada perspicaz de la directora cordobesa Inés Barrionuevo (Atlántida, Julia y el zorro, Las Motitos), pero en juego con muchas otras instancias. Entre ellas, la relación que se teje entre estas mujeres: Camila con su madre y su hermana más pequeña, pero también con esta abuela de presencia fantasmal. Todo un acierto por parte de la película, ya que la enfermedad permite no sólo el fuera de campo (la abuela nunca aparece) sino también la vivencia en una casa quieta, cubierta de plásticos, con órdenes estrictas de no ser alterada: algo que la madre respeta y que provoca el contraste inevitable de ella, con tantas ganas de chocar mandatos. Mención distintiva para la actriz Nina Dziembrowski, ya que es en ella, en sus gestos y sus palabras, cómo se cifran las ganas y necesidades de una joven politizada. En casos así, la distinción entre persona y personaje se vuelve un tanto indisociable, y ése es uno de los muchos aciertos de esta película.
MANTO DE GEMAS
México/Argentina, 2022
Dirección y guión: Natalia López.
Con: Nailea Norvind, Antonia Olivares, Aida Roa, Juan Daniel Garcia Treviño.
La directora Natalia López es boliviana pero con vida en México desde hace casi 20 años. Montajista de relieve del cine contemporáneo, habida cuenta de su trabajo con directores como Carlos Reygadas (su compañero, además) y Lisandro Alonso, con Manto de Gemas se estrena como directora y el resultado es sorprendente. Puestos en el escenario argumental, en una México atravesada por la violencia narco como cariz cotidiano, a grandes rasgos puede decirse que es una película sobre tres mujeres, de historias concomitantes. Entre ellas hay cruces, pero de maneras un tanto imperceptibles, nunca subrayadas. Respectivamente, una de ellas se divorció y vuelve a vivir en el campo; otras es una empleada doméstica, cuya hermana ha desaparecido hace un tiempo; y otra es una policía encargada de este mismo caso. Entre las tres, hay una misma atmósfera que traza sus tentáculos. Y esto es algo doloroso, porque se trata de una comunidad que ha caído bajo el yugo del narcotráfico, siendo como ya es: parte consustancial de lo cotidiano. En este sentido, si una de ellas ya no busca a su hermana es porque “entiende” que así es mejor, y quien quiera ayudarla no hará más que chocar contra esta realidad, tan cierta como la de la mujer policía cuyo hijo encuentra un porvenir inmediato en ese mismo entramado que la madre, en teoría, combate. Todo esto desde una aproximación sensible, de relato sesgado, porque no se trata de historias contadas de maneras frenéticas o previsibles, sino de la puesta en juego de los recursos expresivos del cine, tantas veces dejados de lado por el acento imperioso (en teoría) del relato. Lo que se desprende es algo cercano a una vivencia, tan íntima como dolorida, tan cenagosa como, a pesar de todo, algo luminosa.
ACORDATE DAME UN BESO AL DESPERTAR
Argentina, 2021
Dirección: Estefanía Clotti.
Disponible en Vimeo
El más reciente trabajo de Estefanía Clotti tuvo participación en la 25ª edición del Festival Internacional de Cine Documental Ji.hlava, en República Checa, se exhibió en Bafici, y agrega un peldaño mayor en la experimentación formal y narrativa de la realizadora, responsable de títulos como Juan Cambiante (2016), El dominio de las piedras (2017), Cómo hacer una casa (2018). Acordate dame un beso al despertar indaga en un retrato de familia, entre cartas y videos reencontrados, que construyen un recorrido vivencial, similar al sugerido por esas esas cajas de fotos que al ser abiertas ofrecen una elección aleatoria. Animadora como es –formada en la Escuela para Animadores del Centro Audiovisual Rosario–, Clotti interviene videos familiares, registrados fortuitamente por celulares, e intercala cartas, escritas por puño y letra de las mujeres de su familia: una particular manera de conversación cotidiana, que la realizador revisita, indaga y transcribe. Por eso, sus pinceladas sobre las imágenes cumplen con la tarea imposible de atrapar el recuerdo, de preguntar sobre lo que ha sido, con la atención puesta en las texturas del material de origen –caligrafías, papel, manchas, arrugas–, como maneras de capturar algo que es, a fin de cuentas, tan esencial como inasible.
ANTIGUA
Argentina, 2022
Dirección: Gustavo Galuppo Alives.
Con Antigua, Gustavo Galuppo agrega una segunda instancia al que considera un tríptico, iniciado con Vestigia (2021) y pronto a concluir con Ungida. Antigua es una suerte de rodeo por las sombras, a través de un personaje que peregrina entre ellas e intenta descubrirse, recordarse, tal vez desde un anochecer o atardecer, como ese estado del alma que presagia su caída. Referente del cine experimental, vale distinguir la acepción distinta que Galuppo da a esta término, para situar en su lugar el de “experiencial”. De esta manera, se abre una luz respecto de su forma de entender el cine, como un recorrido dedicado a pensar por qué, justamente, se lo hace. Vale decir, no se trata de poner en palabras lo que las imágenes, en todo caso, ya expresan; que sean ellas, desde el aparecer mismo que supone la praxis, las que traduzcan su necesidad. Casi como un “contra-cine”, si es que se tiene en cuenta el “manual” que es enseñado y reiterado una y otra vez como guía de todo “buen realizador”. En Antigua, las sombras esperan en la boca de una caverna, un pozo negro que bien podría estar también bajo la forma de un desagüe hogareño (algo así vislumbró Hitchcock con la ducha de Psycho). Lo que allí dentro encuentra Galuppo no deja de ser, también, narrativa, y con toques de espionaje, que funcionan como ensamble argumental –desde una voz en off suya, que se pregunta, dice y desdice– a la par de imágenes de un archivo imprevisto. La historia no sólo logra su fisonomía, sino que pide por la continuación: allí vendrá a ocupar su lugar, en breve, Ungida.