Ciencia Anti Fake News

Una vacuna contra las noticias falsas

POLÍTICA
25 de abril de 2021

Por Bernardo Maison

Vivimos entre mensajes. Provenientes de la televisión, los diarios, la radio, los portales de noticias, las redes sociales, las cadenas de whatsapp o simplemente de parte de las personas que nos rodean cotidianamente. Desde la aparición del Coronavirus en nuestro país han proliferado una serie inusitada de enunciados sobre el tema. En boca de algunos políticos, comunicadores y opinadores seriales mucha de esa información circulante es errónea o directamente falsa. Que el virus fue diseñado en un laboratorio, el uso del dióxido de cloro para prevenirlo, la inmunidad de rebaño, la negación del uso del barbijo, recomendaciones erróneas de cómo y cuánto cuidarnos y hasta opiniones infundadas sobre las vacunas.

Soledad Gori es Licenciada en Cs. Biológicas y Doctora por la Universidad de Buenos Aires en el área de Farmacia y Bioquímica. Desde que la pandemia hizo que tuviésemos que incorporar a la fuerza una nueva manera de comportarnos en sociedad, coordina el proyecto "Ciencia Anti Fake News". Junto a un grupo de científicas y científicos se dedican a combatir la información falsa y la infodemia sobre COVID-19. El proyecto auspiciado por CONICET y la Secretaría de Medios y Comunicación Pública difunde todas sus investigaciones en la plataforma web Confiar, creada especialmente por la Agencia Nacional de Noticias Télam, y en las cuentas de Twitter e Instagram  Los contenidos también se vieron en la pantalla de la TV Pública.

Qué es una fake news y cómo funciona

Según escribió el investigador de CONICET en el Instituto de Cultura y Comunicación de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), Pablo Méndez se trata de noticias falsas que se difunden a través de las tecnologías de la información y la comunicación como son la tv, prensa escrita, radio, portales de noticias y redes sociales con el objetivo de desinformar a la población.

“Las fake news remiten casi siempre a tres variables: la división entre lo verdadero y lo falso, el desarrollo exponencial de las tecnologías de la información; y las intenciones de ciertos grupos o actores políticos” explica Méndez. Más allá de quién sea el emisario o qué intenciones tenga, “las fake news parecen seguir siempre un modus operandi que consiste en sensibilizar, viralizar y condicionar”. Soledad Gori opina que respecto a condicionar y sensibilizar, las fake news tratan de “que empatices o refuerces algo que vos ya pensás, quizás un prejuicio. Es decir que el objetivo no es solo desinformar sino exacerbar una sensibilidad previa”.

“Al principio había mucho desconcierto, mucho miedo también, y todo eso hace que la desinformación sea más grave. Nunca pensamos que podía ocurrir estar viendo televisión y que aparezca un supuesto tratamiento con dióxido de cloro, sobre el que no sólo no hay ninguna prueba sino que encima es nocivo para la salud” dice Gori. (NdR: la conductora Viviana Canosa tomó dióxido de cloro en vivo en uno de sus programas de agosto de 2020).

— Uno puede pensar que solo contrarrestan información falsa, las burradas digamoslé, pero hay otro tipo de información circulando.

Claro. Por eso es que estudiamos tanto, lo que nosotros hacemos es recabar todo, ya sea de redes sociales o de noticias en los medios. La OMS habló de la infodemia porque no solamente se trata de desinformación sino también de abundancia de información, que muchas veces genera un estado de alarma. Lo que nosotros tratamos no es todo falso completamente, si no que muchas veces son trabajos preliminares que se ponen a circular. Cosas que están en la etapa de investigación y que son informadas al público cuando en verdad no se debería. Hay diferentes tipos de desinformación, la fake puntualmente es la que tiene intención de dañar. Justamente es malintencionada desde que se crea. Pero después obviamente hay gente que la comparte creyendo que es cierta, no es que quiera dañar si no que cae en que eso es así. Y al comienzo de la pandemia aparecían noticias que no tenían intencionalidad de dañar pero el medio las publicada porque había que hablar de Covid. Entonces muchas veces mostraban un trabajo preliminar, sacaban trabajos de bases de datos que están abiertas. Pero están abiertas para la comunidad científica, si uno entra como público también puede ver los trabajos pero el problema es que se interpreten trabajos sin ningún tipo de asesoramiento científico. Eso ha pasado con un montón de tratamientos que hemos visto que se estaban comunicando como que servían para Covid y después la gente iba corriendo a querer comprarlo a la farmacia, agotaban esos tratamientos sacándoselos a las personas que los necesitaban realmente. Pasó con la hidroxicloroquina, con la ivermectina. En realidad los estudios son de baja calidad o todavía no hay un consenso de que sirvan realmente, son muy dispares los trabajos. Entonces todo eso es lo que evaluamos nosotros, buscamos todas las evidencias científicas y vemos qué calidad tienen esas evidencias. 

Equipo de Ciencia Anti Fake News

— Ya que nombrabas estos productos, hidroxicloroquina e ivermectina ¿Está ratificado que no son buenos para tratar Covid?

No, de la hidroxicloroquina la OMS hizo dos estudios clínicos bien grandes que justamente terminaron de quitar esa posibilidad de que funcionara como tratamiento para Covid. Y lo de la ivermectina es un poco más complejo porque todavía no hay un consenso, hay más propaganda que consenso realmente. Los dos son tratamientos que están aprobados y se están ensayando pero para otras patologías. La hidroxicloroquina para reacciones autoinmunes, por ejemplo personas con Lupus, que de hecho se quejaron de que les habían sacado el stock porque la gente iba corriendo a comprarla. Y en el caso de la ivermectina para parásitos, hay gente que sabemos que está yendo a las veterinarias a comprarlo. El problema de los tratamientos es que tienen efectos adversos y que suelen ser mucho más severos que por ejemplo los efectos adversos de la vacuna. Tanto hablamos y tan preocupados estamos con los efectos adversos de la vacuna y los tratamientos con hidroxicloroquina e evermectina generalmente tienen efectos mucho peores. Lo que se dijo desde varias agencias de salud, por ejemplo la "FBA" es que no se puede usar ivermectina de uso veterinario desde ningún punto de vista. Eso ya es terrible. En el país varias sociedades científicas salieron a alertar porque puede tener efectos adversos pero también porque uno puede no cuidarse pensando que se está protegiendo con algo que en verdad no protege.

— Quisiera preguntarte por las vacunas. Ahí no hay dudas, hay que vacunarse ¿no?

Totalmente. Todas tienen el mismo objetivo que es generar defensas contra el virus de Covid-19 para que justamente no tengamos una enfermedad severa, una hospitalización o muerte. Todas las vacunas que hasta hoy están aprobadas demostraron ser casi perfectas, o sea 100% o un poquito menos de eficacia en prevenir la enfermedad grave, que demanda obviamente hospitalización o que puede llegar a la muerte. Y después tenemos un panel de diferentes eficacias, de lo que es prevenir la enfermedad con síntomas leves. Ahí hay algunas que son mucho más efectivas y otras que son un poco menos. En el último tiempo escuchamos hablar mal de las vacunas chinas porque tienen un poco menos de eficacia. En realidad siempre se refieren a las formas leves de la enfermedad, que sería pasarlo como una gripe. Con la vacuna puesta lo más probable es que uno lo pase de esa manera. Ninguna de todas las vacunas que hoy están aprobadas tiene la potencialidad de enfermarnos. Ninguna. Eso también está bueno decirlo, porque muchos creen que la vacuna puede generar la enfermedad, o que te puede matar. Y la producción en argentina de la vacuna Sputnik V es una noticia maravillosa y ojalá se pueda hacer. No me gusta comunicar con tantas expectativas a la gente porque después genera reclamos y son cosas muy difíciles de llevar a cabo porque la producción tiene sus tiempos. Por ejemplo pasó con el Neokit, el test que hicieron desde Conicet, al principio el escalado falló, después empezaron a tener mejores respuestas. Pero el tema es que al necesitar tanta producción, es algo a lo que no estamos acostumbrados. Ni las farmacéuticas están acostumbradas porque no trabajan así. Lo de la falta de vacunas es algo que está ocurriendo en todo el mundo, y obviamente potenciado por los países superpoderosos que se quedan con más vacunas de las que les corresponde. Eso también de alguna manera nos pega a todos, por eso tenemos que estar contentos de que siendo Argentina un país del tercer mundo, tengamos vacunas, que estemos vacunando a buen ritmo. Y haber hecho este trato con Sputnik V.

La importancia del trabajo grupal 

— Leí que para organizar el modo de trabajo tienen tres comisiones: una para detectar y jerarquizar fake news, otra para chequear su veracidad rastreando en papers y páginas de organismos oficiales y la tercera para convertir la información científica en una explicación para público no especializado.

Al principio quería hacer algo y empecé a hablar con todos mis compañeros, con los que normalmente hablo y con otros que se fueron sumando, todos tenemos manejo de las mismas técnicas y más que nada del método científico. Cómo saber, dónde buscar, cómo buscarlo. Pensamos que lo mejor era tratar de ofrecer el proyecto a Conicet porque es el organismo que nos aúna a todos y porque iba a tener muchísima más difusión. También pensamos que estaría bueno que sea comunicación oficial, que tiene más credibilidad... aunque se nos ha dicho que no éramos objetivos por ser del Conicet. En la organización primero hacemos una selección de noticias, porque no todo vale la pena desmentirlo. Uno va aprendiendo, no siempre hay que darle difusión a todo. Entonces vemos bien por qué vía llegaron esas informaciones y tenemos un criterio de selección para decir "esto sí, esto no", tanto provenga de los medios o de las redes sociales. La idea a largo plazo es poder hacer algún tipo de estudio para saber cuáles fueron las noticias falsas que más quedaron en la población. Todo eso lo hace la Comisión 1. Después la Comisión 2 es la que junta todas las evidencias científicas que hay y se revisan. Tenemos una revisión cruzada, eso está buenísimo, porque hace que no seamos solamente dos personas que creen una cosa y sacan una conclusión, si no que somos un montón de científicos y nos vamos revisando entre nosotros. Cuando ya llegamos a un consenso, a un fundamento teórico como le llamamos nosotros, se pasa a la Comisión 3 que también está formada por biólogos y bioquímicos, pero somos los que hacemos la comunicación. En esta etapa tratamos de pasarlo a un lenguaje un poco más coloquial, sacarle los tecnicismos y así es como después llega a Conicet. Ahí se revisa por otro investigador que no es parte del proyecto y eso después va por vía Conicet a la plataforma CONFIAR. Después se adapta el material para las redes sociales, ahí tenemos un grupo colaborador muy importante que está en el área de sociales, periodistas científicos, comunicadores, politólogos, varios asesores. Es algo multidisciplinario rebatir las fakes news y cómo comunicar lo que hacemos.

— ¿Cómo es la relación entre el trabajo de los investigadores de las llamadas ciencias duras con las formas de las ciencias sociales? Cómo impactan las noticias en la comunidad, uno lo puede pensar desde la sociología, la psicología, los efectos de lo publicitario. Es más que importante me imagino esa interdisciplinaridad que mencionás.

Si, totalmente, de hecho yo soy de las mal llamadas "ciencias duras", porque después los de las "blandas" obviamente se enojan y con razón. A mí me atrae muchísimo todo lo que son las ciencias sociales. A partir de que empecé con el proyecto me rompe la cabeza leer algunos artículos y libros sobre comunicación, el poder de las redes sociales, los algoritmos, la política, la opinión pública, un montón de cuestiones que están ensambladas y que nos dan una idea de lo que falta, del conocimiento de la ciencia y del método científico que falta, del pensamiento crítico. Tratar de que no siempre tengamos que estar nosotros, y lo mismo le digo a mi familia, “no tengo que estar siempre yo para decirte que esto es fake”. Sólo deberías ir viendo cómo darte cuenta de que esto te está tratando de engañar. Depende el canal de tv te lo van a contar de una manera o de otra. Tratamos de hacer eso pero es la manera más difícil ahora con tanto uso político en el medio.

— ¿Sentís que es una batalla desigual? Porque ustedes desde sus plataformas aportan a la sociedad y a la tranquilidad, es un trabajo chequeado desde la ciencia pero en ocasiones están esos monstruos como la televisión o los diarios desinformando y llegando a mucha gente.

Sí, nosotros también hemos podido llegar a los medios de comunicación tradicionales, eso está buenísimo, no sólo nos quedamos en redes sociales, un poco por haber elegido dar el proyecto a Conicet, porque las primeras notas grandes en la tele las tuvimos de esa manera. Después obviamente va gustando nuestra forma de comunicar. Tuvimos una columna fija en Canal 9 el año pasado durante tres meses todos los fines de semana. Tenemos muchas notas en todos lados, creo que yo debo haber recorrido todos los canales. Tienen muchísima más difusión que las redes sociales y también los públicos son distintos. Muchas veces el público mayor no llega a las redes sociales y generalmente por estudios se sabe que son los que más caen en las fake news. Siempre está la contra de que uno puede llegar a quedar pegado, como si estuviera de un lado u otro de la grieta. Hemos recibido comentarios negativos y es una pena lamentablemente pero ocurre, siempre estamos diciendo que nuestro proyecto es voluntario, autogestivo, que lo hacemos por el compromiso social que tenemos y pensamos que es una forma de llegar a la sociedad. Y lo que se ve es hermoso porque hay mucho feedback y mucha gente a la que realmente se nota que uno le da tranquilidad.  Entre tanto tire y afloje de un lado y del otro, tratar de dar un poco de tranquilidad.

El que esté libre de sesgos que arroje la primera piedra

— Son varios los científicos que están asesorando a los distintos gobiernos, aunque después los dirigentes son los que toman las decisiones para las restricciones y medidas. Pero ahí se ven interpretaciones diversas sobre datos o estadísticas. Se dio en la discusión entre el Gobierno Nacional y el Gobierno de la Ciudad de Bs As respecto a la presencialidad de las clases. Decimos que la ciencia es objetiva pero después unos la leen de una manera y otros de otra. 

Obviamente que nadie está libre de los sesgos. Ni nosotros mismos que trabajamos con evidencia científica, de hecho en nuestro grupo no todos opinamos igual, no todos tenemos los mismos gustos políticos. Es clave que seamos muchos y que nos revisemos porque no estamos libres de nuestros propios sesgos. La información a uno le llega de un medio, y quizás uno ya tiene una visión de las cosas. Esos son sesgos que llamamos “de confirmación o de razonamiento motivado”, es básicamente ajustar las evidencias que vos ves a la ideología que tenés, o a lo que vos ya crees que va a ser así. Eso es muy difícil sacárselo de encima y es muy difícil para todos. Nosotros somos mortales también, entonces también ocurre tanto en médicos como en científicos. Por eso lo que decimos siempre, lo más importante son los consensos científicos. Si vos ves un farmacéutico yendo por los canales y diciendo cosas te podés preguntar ¿Es lo que dice el consenso de la sociedad científica a la que él pertenece? Creo que ahí es donde está el punto. Porque todo un grupo no puede estar sesgado para el mismo lado, se trata de las evidencias y el consenso de cómo se interpretan esas evidencias. Hay gente del área de salud que puede tener sus intereses por detrás.

— Comprenderás que las minorías más politizadas o sobreinformadas pueden estar cambiando de canal, escuchando las conferencias oficiales, leyendo distintos diarios, pero el laburante debe estar confundido viendo que el presidente le dice una cosa, y el jefe de la Ciudad de Buenos Aires le dice otra en conferencia de prensa y avisando que se basa en estadísticas y evidencia científica. En líneas generales es muy difícil para las personas.

Sí, yo realmente siento que por momentos lo que estamos viviendo es un mamarracho, porque no puede ser que haya tal despropósito respecto a cómo le va a llegar esa información a la gente, lo que va a hacer con esa información. Que el domingo a la noche no sepas si a tu pibe lo mandás al colegio o no lo mandas, si el docente para o no para. También la gente tiene que saber el riesgo al cual se está exponiendo si decide llevar al chico o no a la escuela. Si decide ir en transporte público o decide ir de otra manera. Quizás ese tironeo te desinforma. Hemos escuchado en estos últimos meses un montón hablar de que los chicos no contagian, y eso no es verdad. Después podemos debatir si está bien o no que haya presencialidad en las escuelas, cómo van, cuáles son las realidades de nuestro país. Con los protocolos todos los lugares deberían ser seguros, pero ¿podemos hacer esos protocolos? También hay que ponerse a pensar eso. El otro día en conferencia el Gobierno de la Ciudad de Bs As dijo que el transporte público no tenía alto riesgo de contagio. Eso está mal. Porque más allá de los protocolos que uno puede hacer, es un evento supercontagiador y de hecho sucede acá y en cualquier otro país del mundo, porque es un lugar donde va mucha gente. Aunque pongas más unidades no todos cumplen los protocolos, el tren ni hablar. Entonces que la gente sepa que se está exponiendo a ese riesgo. Hoy si se puede evitar mucho mejor, con esta cantidad de casos es muy probable que uno pueda llegar a contagiarse si está mucho tiempo viajando y no está al lado de la ventanilla baja.

Ventilar es lo que cuenta

— En uno de los últimos posteos de Ciencia Anti Fake News tratan esto de que es más relevante la renovación constante de aire en los ambientes que andar desinfectando las superficies. Al comienzo de la pandemia estuvimos limpiando todo el tiempo todo ¿Hoy en día la evidencia dice que la transmisión del virus no es tanto por el contacto con las superficies pero sí por los aerosoles que producimos al hablar?

Claro. Es así, pero hay que tener mucho cuidado, porque a veces en esto de informar todo están los mensajes contradictorios y eso baja la credibilidad. Por ejemplo, a la OMS ya hay gente que no le cree nada. Y no es así, porque el proceso científico es eso, un proceso. Es continuo. Y justamente es un virus nuevo, no se conoce, de hecho con las nuevas variantes estamos aprendiendo un montón de cosas también. Entonces puede haber estos cambios de mensajes por acumulación de evidencia.  En el caso de las superficies lo que se había estudiado era cuánta viabilidad tenía el virus, cuánto tiempo podía permanecer activo, no vivo porque en realidad no está ni vivo ni muerto, se pensaba cuánto podría mantenerse con las capacidades de infectar a una persona en diferentes superficies. Pero es un ensayo que se hizo en un laboratorio con condiciones experimentales que no es lo mismo que ocurre en la vida real. Pero además no se hacían pruebas de si ese virus que se mantenía en la mesada después se lo infectaba una persona. Porque no se pueden hacer ensayos infectando gente. No se sabía bien, y ante la duda lo mejor era desinfectar, entonces nos agarró la locura del alcohol. Lo que es importante sí, y que tiene que quedar claro, es mantener la higiene de manos, que es una de las estrategias de prevención de enfermedades que no tenemos que negar nunca. El lavado de manos siempre viene bien, y alcohol si no hay lavado de manos, alcohol en gel u alcohol 70%. Eso hay que mantenerlo siempre, porque uno se puede llevar la mano a la cara y quizás sí había contaminación y aumentan las probabilidades. Ahora lo de desinfectar todo cuando llegás del supermercado, no está demostrado que desde las superficies uno se pueda infectar. Para que pase tiene que tener mucha carga viral el producto, tocarlo y no lavarse las manos. Lo mismo con el tema del delivery, al principio calentábamos la comida por las dudas. Tampoco se comprobó que por alimento contaminado uno se pueda enfermar. En cambio sí nos contagiamos por los aerosoles. Eso fue una de las últimas evidencias, que cada vez es más fuerte. No son sólo esas gotas pesadas, como pensábamos al principio, que si vos estabas separado de la otra persona a dos metros esa gota caía y no te caía a vos. El problema es que se empezó a ver que el virus circula forma de aerosoles, son unas gotitas mucho más chiquitas que no caen rápidamente y que en una habitación cerrada mal ventilada pueden no irse nunca, pueden permanecer horas y llegar a cubrir toda la habitación. Entonces personas que están alejadas por tres metros, que creen que están bien, libres de riesgo, no lo están. Ese es el problema con los aerosoles. Para prevenirlo hay que tener ventilación cruzada frecuente y continua, lo que genera que esos aerosoles se vayan.

El problema es que se empezó a ver que el virus circula en forma de aerosoles, son unas gotitas mucho más chiquitas que no caen rápidamente y que en una habitación cerrada mal ventilada pueden no irse nunca, pueden permanecer horas y llegar a cubrir toda la habitación. Entonces personas que están alejadas por tres metros, que creen que están bien, libres de riesgo, no lo están. Ese es el problema con los aerosoles. 

— Este medio de comunicación tiene que ver con la escena cultural, te planteo un escenario posible de ese universo ¿Qué sucede en los espacios cerrados de cierta magnitud en lo que puede haber entre setenta y cien personas viendo una banda, separados inclusive por dos metros entre mesa y mesa, cuatro personas en una mesa, en otra hay ocho, en otra hay dos, pero están dos horas en ese lugar sin barbijo, comiendo, charlando, tomando algo?

Bueno, en primer lugar sin barbijo estaría mal. Del todo mal, porque realmente en un espacio cerrado tenés que tener el tapabocas puesto, en un espacio abierto también pero más aún en espacio cerrado. Aunque estés en tu burbuja y después estés separado de la otra burbuja, no es la misma condición que por ejemplo en la playa, que si uno se mantenía bien alejado de las otras burbujas con el viento que hay uno no debería tener aerosoles ni estar expuesto. A menos que pase un pibe corriendo y te escupa, pero la verdad es que es otro ambiente.  Pero en un recital, que encima uno se relaja, son eventos super-contagiadores. Un recital y un bar es lo mismo, si no están bien ventilados y están sin barbijo porque están tomando algo hay riesgo. El tema es tratar de mantener la ventilación, primero habría que ver las dimensiones, para ver si para cien personas está bien o no, y no se tendrían que confiar respecto a la distancia. Si está mal ventilado el lugar o si tiene un aire acondicionado, porque a veces también creen que con los aires zafan. Una extracción e inyección de aire nuevo ayuda a renovar el aire. Pero lo ideal es que haya un recambio de aire. No la recirculación del mismo aire, los split no sirven, de hecho son peor, porque pueden llegar a generar que el viento te lleve aerosoles de un lado al otro sin que se recambie el aire.

— Otro escenario posible es el de un espacio cerrado en los que se dé un taller de algo, puede ser un espacio cerrado pero ventilado, con puertas abiertas y todos con barbijo, ¿Qué pasa con esas gotitas que circulan?

Todos con barbijo está perfecto siempre. Y bien puesto, eso también es importante. Después sobre el tema de la ventilación hay mucha información en la página del Ministerio de Ciencia y Tecnología, en la Campaña Ventilar. Más allá de que me escuchen a mí está bueno ver eso. Hay videos hechos con especialistas hablando del tema. Pero la ventilación cruzada y continua es lo mejor. No hay que abrir puertas y ventanas de a ratos.  La idea es que sea continua y cruzada la ventilación en la habitación. Hay algunos científicos y divulgadores como Jorge Aliaga que están tratando de explicar cómo hacer sensores para medir el nivel del aire, y hay algunas empresas que los están vendiendo. Son sensores de dióxido de carbono que sirven para ver cuánto aire viciado tenés adentro del espacio. Disparan una alarma cuando se supera ese límite.

 

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