El no-pago de la deuda externa fue la bandera de movimientos y partidos de izquierda desde la vuelta a la democracia. Nunca ocurrió. La fiesta del endeudamiento fue una constante que solo detuvo su marcha cuando en 2005 Néstor Kirchner le garpó de contado al FMI y logró una reducción récord con los tenedores de bonos en default. Desde entonces se vivió sin que sobrara nada pero con lo nuestro a base de soja, contaminación y mercado interno.
El macrismo puso punto final al paréntesis y retomó un endeudamiento atroz para bancar la bicicleta financiera y los gastos corrientes. Ya es una pesada herencia para las próximas generaciones. Pero las familias también se endeudan para alcanzar los mediáticos estándares de consumo. ¿Qué implica vivir endeudado?¿Hay formas de resistencia al mercado financiero de créditos?

ESCUCHÁ A JUAN PABLO HUDSON
EN NUESTRO CANAL DE YOUTUBE