La reciente utilización de los drones revoluciona las formas de la guerra contemporánea. Con los mandos a distancia la guerra ya no es sinónimo de batalla sino un acto de agresión unilateral. No hay bandos. Se ataca sin poner el cuerpo. Ya no hay riesgos humanos para quien cuenta con esa sofisticada tecnología. Se opera desde un box a miles de kilómetros con un joytick idéntico al de la playstation. Bombardeos, vigilancia las 24hs con cámaras HD, grabación continua, provocan pánico en las poblaciones atacadas sin distinción entre ejércitos y civiles. Ahora los milicos yanquis matan comiendo caramelos, piden permiso para ir al baño, y después de reventar objetivos pasan a buscar a los hijos por el colegio o se van a tomar una birra o al supermercado. La dronización de la vida y la muerte.

ESCUCHÁ LA COLUMNA ENTERA
EN NUESTRO CANAL DE YOUTUBE