El Colectivo Rosarino de Espacios Culturales (CREC), recientemente creado, emitió un comunicado en el que da cuenta de la crisis por la que atraviesa el sector desde que se dictó el aislamiento social y obligatorio en el marco de la pandemia COVID-19.
“Las problemáticas que afectaban a estos espacios se profundizaron y la total e histórica ausencia de políticas culturales municipales y provinciales para acompañar el desarrollo del sector se convirtieron en un cóctel explosivo que, junto a 4 años de recesión económica, hacen inviable el sostenimientos de los mismos” dicen en el comunicado.
De los 70 espacios que lograron registrar, 10 debieron cerrar sus puertas recientemente (La Bartolina, Le Bal, Bracco, Quilombo 27, Club 1518, Combo Club, entre otros), “dejando un vacío para aquellas personas que encontraban en esos espacios lugares de esparcimiento, formación y encuentro, así como también a les trabajadores de los mismos”. Ante las actividades suspendidas, “el pago de alquileres, servicios, impuestos, salarios, es inexistente y está generando una deuda impagable a futuro”, continúa el comunicado.
Julián Gómez Lucero, de "Puerta Naranja Espacio Cultural" dijo a La Canción del País: “Nos nucleamos a partir de la pandemia, nos encontramos con que todos los espacios culturales estábamos en la misma situación, en un primer momento éramos pocos sin saber de la magnitud que iba a tener este colectivo. Nuestros ingresos están en cero por estar cerrados, eso genera una deuda para todos los espacios”.
La nueva agrupación de la ciudad solicita “con urgencia la visibilización de esta situación, el acompañamiento de la sociedad y de los actores culturales exigiendo se lleven adelante políticas de asistencia y desarrollo del sector” ya que “los espacios culturales son fundamentales para el crecimiento de la actividad cultural de la ciudad y la región, a la vez que son espacios de trabajo para artistas, docentes, gestores, técniques, agentes de prensa, es decir, los distintos eslabones de la industria cultural”.
El CREC ya mantuvo reuniones con la secretaria de Cultura y Educación municipal Carina Cabo y el Subsecretario de Industrias Culturales y Creativas Federico Valentini para plantear su situación. Entre los temas tratados figuran los permisos para el dictado de clases online en los lugares, la creación de protocolos para retomar paulatinamente las actividades, elementos de limpieza e higiene y poder resolver una deuda histórica: la creación de una normativa con el fin de lograr una habilitación acorde para todos. “Nos tenemos que disfrazar de otra cosa para poder llevar la cultura a la comunidad, intervenir en los barrios o generar un espacio de contención. No tenemos un rubro en el que estar habilitados. Hay espacios de la municipalidad o provincia pero si uno quiere habilitar uno autogestivo o independiente ese rubro no existe”, dijo Gómez Lucero.
Entre los reclamos figura también el pedido de subsidios y líneas de crédito a tasa. “Hablamos del tema pero nos plantearon que están inhabilitados de dar cualquier tipo de subsidio en este momento. Solo pedimos subsidios por la emergencia, no queremos mantenerlos a lo largo del tiempo ni pasar de ser autogestivos a dependientes de la municipalidad”.
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