I
El álbum debut de Los Gatos, pasó a la historia por la canción que la da título. “La balsa” fue como un fósforo encendido que cayó sobre un barril de combustible; la comprobación, para Luis Alberto Spinetta, Javier Martínez y muchos otros, que un grupo argentino podía alcanzar el éxito componiendo sus propias canciones y cantando en castellano.
De esa forma se cerraba un tiempo en el que los artistas jóvenes que querían cantar rock solo podían obtener algún tipo de difusión si hacían covers o traducciones de los hits de las bandas más exitosas de Inglaterra o Estados Unidos.
En el álbum La balsa hay mucho más que una balsa. El impresionante y diverso bagaje musical de Nebbia, la calidad de sus composiciones y el alto profesionalismo de Los Gatos, permitieron la creación de un repertorio que incluía rock, bossa nova, bolero, jazz y blues. Por eso, no le creas a los que dicen que Los Gatos eran solo una banda beat; es evidente que no se tomaron el trabajo de escuchar sus discos.
En “Qué piensas de mí”, una bossa nova eléctrica y acelerada, asociada al subgénero Mersey Beat, (en referencia al río Mersey, en la ribera de Liverpool), se puede escuchar el modo en que Los Gatos metieron dentro del rock argentino, antes que nadie, una compleja y diversa paleta musical, creando una nueva clase de artefacto cultural y, de paso, inaugurando una era.
II
Si bien fue publicada en 1968 en el álbum al que daba título, “Quiero llenarme de ti”, la canción de Sandro y Oscar Anderle, se había convertido en un éxito un año antes, cuando recibió el premio mayor en el Primer Festival Buenos Aires de la Canción.
No es un escalón más dentro de la vasta discografía del Gitano; es la canción que confirma su metamorfosis artística: “Quiero llenarme de ti” captura el momento en que Sandro decide enterrar la campera de cuero para calzarse el smoking y convertirse en astro cinematográfico y en el gran cantor melódico de Latinoamérica.
Poco después, a comienzos de 1968, con su presentación en el Festival de Viña del Mar, Sandro selló su nuevo perfil, orientado ya no hacia el público adolescente sino hacia señoras maduras a las que hipnotizaba con sus historias de amores prohibidos, sazonadas con susurros y jadeos.
Dos años más tarde, llegó su consagración continental con el concierto que realizó en el fórum del Madison Square Garden de Nueva York y que lo convirtió en Sandro de América.
“Quiero llenarme de ti” permite leer dos señales: una refleja la decisión de Sandro de abandonar su relación con el rock; la otra confirma su objetivo de convertirse en un cantor popular y melódico.
“Como caja de música”, de 1966, ya había anticipado la transformación, condensando los gestos histriónicos y melodramáticos de un artista que buscaba un nuevo modo expresivo.
III
Tras regresar de una exitosa gira por Europa en la que Ariel Ramírez le propuso grabar el disco Mujeres Argentinas, que aparecería en 1969, Mercedes Sosa editó, a fines de 1967, Para cantarle a mi gente, su tercer disco para Philips.
Por ese entonces, su carrera se encontraba en una etapa de ascenso vertiginoso. En 1965 había aparecido en el sello independiente El Grillo su álbum Canciones con fundamento, que la empujó a su presentación consagratoria en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín.
Ese mismo año participó de la grabación de Romance de la muerte de Juan Lavalle, de Ernesto Sábato y Eduardo Falú; y a comienzos de 1966 vio la luz Yo no canto por cantar, integrado por canciones que hoy son obligatorias en cualquier antología, como "Canción del derrumbe indio", "Los inundados" y "Zamba al zafrero". Sobre finales de ese mismo año, llegó el álbum Hermano.
Pero estamos en 1967, con el disco Para cantarle a mi gente, que incluye composiciones extraordinarias de autores gigantes como Ramón Ayala, Armando Tejada Gómez o César Isella. Y, también, es el disco que trae la “Canción de las cantinas”, una baguala firmada por Rolando Valladares y Manuel J. Castilla. La letra, como tantas otras del mejor folclore, habla de una madrugada de alcohol, cantina y soledad.
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Texto: Diego Giordano
Locución: Bernardo Maison
Edición: BiciSendas y Bernardo Maison