Una epopeya delirante en medio de la pampa

Por Vanina Cánepa

El hombre habla en inglés. Toma el té y simula que habla con alguien, con una Missis, con una doña de la clase alta, dirían en su pueblo natal. El hombre que habla en inglés juega al ajedrez con su Missis imaginaria. Es excéntrico, refinado, parece un aristócrata pero no lo es. En el devenir de la historia se descubrirá que está más cerca del anarquismo que de la clase acomodada. Ahora, sin embargo, el tipo habla en inglés. Busca enterrar su lengua y su pasado. Pero el pasado siempre vuelve, como dice el tango, para enfrentarnos con la vida que está poblada de recuerdos.

Con esta primera escena, elegante y al mismo tiempo estrambótica, comienza Proyecto Litlle Las Vegas, la nueva obra del grupo Línea de Tres- Formación Teatral, en la que actúan Miguel Franchi y Santiago Dejesús, dramaturgos también de la pieza junto a Andrés Martorell.

Construida como una epopeya de antihéroes en clave de comedia, Proyecto Litlle Las Vegas cuenta la historia de un tío y su sobrino, que se encuentran luego de mucho tiempo sin verse, y narra las peripecias en las que se embarcan para salvar a un pueblo de la ambición desmedida. Omar (el Cuqui), el personaje del sobrino interpretado por Santiago Dejesus, viaja desde Los Naranjos hasta Las Horquetas para buscar a su tío Clelio (Miguel Franchi) y convencerlo de que regrese al pueblo, para enfrentar a grupos empresarios que quieren convertir la zona en una pequeña ciudad de Las Vegas.

Desde el delirio y el humor, los personajes ponen en marcha un plan desopilante para frenar la inversión y construyen un universo quijotesco al servicio del bien común del pueblo. Si bien la obra es absolutamente autónoma y puede verse y entenderse como una pieza en sí misma, cabe destacar que Proyecto Litlle Las Vegas es una suerte de continuación de La canción del camino viejo, obra estrenada en 2011 por el mismo grupo teatral, que contaba el desafortunado devenir de los hermanos Cuqui y Titi Taboloni. Dueños de una gomería fundida en un camino poco transitado, luego de la construcción de una autopista en la zona, los hermanos ideaban planes extraños para salir de la mala y recordaban, entre chistes y anécdotas, sus vivencias familiares.

Con uno de esos mismos personajes en escena (Cuqui/ Dejesús) Proyecto Little Las Vegas retoma la historia de los Taboloni que, en otro contexto y bajo diferentes circunstancias, se enfrentan de nuevo y desde los márgenes a enemigos gigantes. En ese periplo, mezclando géneros que van desde el western hasta la comedia, Cuqui y Clelio transitan la pampa y luchan también contra los fantasmas que trae el pueblo chico, pueblo de vínculos muy humanos y solidarios, pero también de prejuicios crueles y estigmatizantes.

Cuqui y Clelio

De traje y con moño, mezcla de Sandro y Leonardo Favio en su forma de hablar y decir, Clelio, el personaje que interpreta Franchi, tiene características muy particulares que despiertan las risas del público a lo largo de toda la función. Dejesús, por su parte, muy histriónico y ecléctico en sus movimientos corporales, compone a un Cuqui ya adulto, que conserva en sus modos una ternura y una ingenuidad similar a la que podía verse en La canción del camino viejo. “La idea con la que trabajé fue la de un John Wayne mezcla con vendedor de medias, medio mochilero, artista callejero pero con la información que ya tenía del Cuqui. Ya venía con todo ese bagaje de La canción del camino viejo, pero también como actor encarnando a ese personaje me propuse buscarle alguna vuelta, estilizarlo un poco, empezar a pensar en la epopeya de un cowboy de acá de las pampas”, dice Dejesús.

Sobre la composición del personaje de Franchi “lo que más nos seducía de esos encuentros es cómo empezaba a armarse este tío que nunca se había mencionado antes y que aparece ahora como una posibilidad de ayuda”, cuenta Dejesús y agrega: “quisimos trabajar sobre cierta estructura de un personaje excéntrico, un tipo un poco ermitaño, que vaya a saber por qué habla inglés, juega al ajedrez, tiene cierta cuestión aristocrática sin serlo, pero a la vez esa ideología anarquista. Es un solitario que se escapó a algún lugar en busca de un poco de paz, muy del viaje del héroe todo lo nuestro”.

El actor rememora cómo empezó a gestarse la obra en 2019, en lo que era el Galpón de Tablada. “Cuando los dos personajes empezaron a encontrarse ya con más vida, con más forma, más estables en escena, empezaron a aparecer las improvisaciones, las situaciones, los diálogos, y a partir de ahí empezó otro viaje muy interesante”. El resultado de todo ese proceso de creación está a la vista en el escenario y por momentos algunos fragmentos tienen un lenguaje casi cinematográfico. Los actores no solo interpretan a sus personajes, Cuqui y Clelio, sino que, llegado un punto del arco narrativo, pasan velozmente de una escena a otra y se transforman en otros personajes del pueblo: la señora de Caritas, el entrenador de fútbol, el intendente corrupto.

“Los métodos que usan estos dos personajes son delirantes, entonces claro, se arma ahí la teatralidad y nos damos el gusto de ir a cierto teatro argentino de los ‘50, ‘60, volver más acá, ir al western, volver, en fin, vamos y venimos. Es ir a códigos que a veces son arriesgados, pero hasta ahora vienen funcionando muy bien. Cambiamos de un momento a otro de personaje, de escena, de lugar. Eso el público lo entiende al toque y está buenísimo. Es un sello o una característica de la velocidad con que nos gusta movernos en escena y que aparece mucho en Little Las Vegas”, dice Dejesús que, junto a Franchi, demuestran una vez más la calidad de los créditos de Tablada.

Con el sello de Línea de Tres

Desde el lenguaje del teatro, en clave de comedia y con la ficción como regla, Proyecto Litlle Las Vegas recorre el territorio de la pampa profunda, propone una lucha quijotesca contra enemigos enormes y pondera la búsqueda de procesos colectivos. “Las temáticas que nos gustan en este grupo tienen un sello. Están muy impregnadas del campo, de la ruta, del camino. Tiene que ver también con nuestro recorrido y también con el recorrido de La canción del camino viejo, que fue muy por el interior de las provincias”, dice el actor y recuerda que en esos viajes conocieron relatos de muchas familias “que estaban peleando de verdad, en la vida real, por no ser desalojados o para que se vayan de su lugar las empresas contaminantes”.

En la vida real, como dice Dejesús, es bastante más difícil vencer a los sectores de poder. En el teatro todo es posible, y por eso se permiten ese triunfo en escena. El otro gran triunfo que celebran es el de volver a actuar luego de una pandemia que obligó a suspender el encuentro con los otros. “Agradezco mucho cada vez que puedo actuar. Saber que el domingo va a ir una banda de gente, sean quince o sesenta, a ver algo que nosotros estamos contando, me moviliza mucho y me llena de alegría, de responsabilidad. Esta obra está naciendo y bueno…vamos a ver hasta dónde llega”.

Proyecto Little Las Vegas. Domingos 8, 15, 22 y 29 de mayo 19.30 hs en Cultural de Abajo, Entre Ríos 579. Actúan: Miguel Franchi / Santiago Dejesús. Asistencia técnica y de dirección: Andres Martorell. Dramaturgia: Franchi / Dejesús / Martorell. Asistencia técnica: Francisco Miño. Vestuario: Laura Perales. Objetos: Lucas Comparetto. Música: Julio Franchi. Diseño sonoro: Adolfo Corts. Voces en off: Guillermo Peñalves / Lucía Rodríguez. Coreografías: Nerina Franguelli. Diseño gráfico: Adriano Di Mauro